Dejamos el asunto en las cataratas brasileñas. Ya de noche volvimos al hotel, y nos fuimos a conocer otro sitio, el Quincho del tio Querido. Nos zampamos una parrillada tremenda, que nos salio por unos 45 pesos q son unos 9 euros. Nos pusimos ciegos. Que rica estaba. Pero el cansancio pudo con nosotros y pa la cama, por las calles oscuras empedradas, sorteando charcos.
Al dia siguiente tocaba rematar lo que faltaba por ver en las cataratas. Por la mañana hicimos muy temprano el sendero Macuco. Nos levantamos a las 7 para coger, aqui tomar, el colectivo, que es el bus publico, q va lleno de gente que generalmente va a currar, pero tambien se ven turistas que quieren moverse por poco dinero.
Llegamos mas o menos temprano para poder ver algun bicho, que se mueven por este camino por la mañana y por la tarde. Esta casi vacio de turistas, y todo el mundo recomienda el paseo. Nada mas empezar nos encontramos con una pareja que tambien iba a hacer lo mismo que nosotros. Isabel y Pepe, malagueña y gaditana, que tras intentar pasar un gran charco todos juntos se unieron a nosotros o nosotros a ellos en la marcha. El dia anterior nos habiamos cruzado varias veces por las cataratas, e incluso me dijo pp q yo era clavao a un amigo suyo y que hasta dudo de si era el. Pronto hicimos buenas migas y tiramos camino alante por la selva sin parar de hablar en un momento. Casualidades de la vida, hablando de nuestras andanzas por aqui, resulta que compartieron viaje con Raquel y Roberto, aquella pareja de Burgos con los que hicimos un dia de ruta, y ellos le habian hablado de que conocieron a este par de colgados con los que estuvieron un dia haciendo el cabra por Brasil.
El sendero atraviera la selva hasta llegar a un salto de agua de unos 30 metros, con una poza de agua normalmente cristalina, donde la gente se baña. El agua estaba marron por las lluvias, pero para Sam y para mi fue obligatorio el chapuzon y alli nos metimos hasta la cocina. Estaba fria pero que bien nos vino.
La vuelta fue un poco mas apresurada ya que Pepe e Isabel volvian esa misma tarde a Buenos Aires. Pepe venia con previsiones de conocer Bolivia y Peru, y acabo en Usuahia. Justo la otra punta. No digo quien le organizo el viaje.
Llegamos a la estacion del pequeño tren que lleva a la Garganta del Diablo sorteando de nuevo los charcos y en el mismo anden tuvo lugar la triste despedida. Nos quedamos con ganas de seguir compartiendo viaje, y sin parar de rajar.
Cuatro por asiento....cuatro por asiento, vociferaba un guia para que todo el mundo pudiera entrar en el tren. Nuestra de la izquierda, una guiri muy simpatica de unos 70 años, y unos ojos azules impresionantes, nos dice.....como sandinas, como sandinas....si señora de las de lata. Pero el viaje es corto. Pronto nos bajamos para comenzar un sendero de metal por el rio de unos 1000 metros, que tiene por final el impresionante salto de la catarata. Mas cerca no se puede ver esta maravilla. El ruido acongoja, y se puede ver a la gente realmente alucinando. Esta siempre lleno de gente. Ni siquiera el dia gris que amenaza lluvia impide que el turista se mueva por alli.
La vuelta la hicimos en lo que llaman el sendero ecologico. Es un bote hinchable grande donde entran mas de 10 personas, y lo lleva con dos remos un tipo muy simpatico y sonriente, e identico a Cannavaro.
Al dia siguiente tocaba rematar lo que faltaba por ver en las cataratas. Por la mañana hicimos muy temprano el sendero Macuco. Nos levantamos a las 7 para coger, aqui tomar, el colectivo, que es el bus publico, q va lleno de gente que generalmente va a currar, pero tambien se ven turistas que quieren moverse por poco dinero.
Llegamos mas o menos temprano para poder ver algun bicho, que se mueven por este camino por la mañana y por la tarde. Esta casi vacio de turistas, y todo el mundo recomienda el paseo. Nada mas empezar nos encontramos con una pareja que tambien iba a hacer lo mismo que nosotros. Isabel y Pepe, malagueña y gaditana, que tras intentar pasar un gran charco todos juntos se unieron a nosotros o nosotros a ellos en la marcha. El dia anterior nos habiamos cruzado varias veces por las cataratas, e incluso me dijo pp q yo era clavao a un amigo suyo y que hasta dudo de si era el. Pronto hicimos buenas migas y tiramos camino alante por la selva sin parar de hablar en un momento. Casualidades de la vida, hablando de nuestras andanzas por aqui, resulta que compartieron viaje con Raquel y Roberto, aquella pareja de Burgos con los que hicimos un dia de ruta, y ellos le habian hablado de que conocieron a este par de colgados con los que estuvieron un dia haciendo el cabra por Brasil.
El sendero atraviera la selva hasta llegar a un salto de agua de unos 30 metros, con una poza de agua normalmente cristalina, donde la gente se baña. El agua estaba marron por las lluvias, pero para Sam y para mi fue obligatorio el chapuzon y alli nos metimos hasta la cocina. Estaba fria pero que bien nos vino.
La vuelta fue un poco mas apresurada ya que Pepe e Isabel volvian esa misma tarde a Buenos Aires. Pepe venia con previsiones de conocer Bolivia y Peru, y acabo en Usuahia. Justo la otra punta. No digo quien le organizo el viaje.
Llegamos a la estacion del pequeño tren que lleva a la Garganta del Diablo sorteando de nuevo los charcos y en el mismo anden tuvo lugar la triste despedida. Nos quedamos con ganas de seguir compartiendo viaje, y sin parar de rajar.
Cuatro por asiento....cuatro por asiento, vociferaba un guia para que todo el mundo pudiera entrar en el tren. Nuestra de la izquierda, una guiri muy simpatica de unos 70 años, y unos ojos azules impresionantes, nos dice.....como sandinas, como sandinas....si señora de las de lata. Pero el viaje es corto. Pronto nos bajamos para comenzar un sendero de metal por el rio de unos 1000 metros, que tiene por final el impresionante salto de la catarata. Mas cerca no se puede ver esta maravilla. El ruido acongoja, y se puede ver a la gente realmente alucinando. Esta siempre lleno de gente. Ni siquiera el dia gris que amenaza lluvia impide que el turista se mueva por alli.
La vuelta la hicimos en lo que llaman el sendero ecologico. Es un bote hinchable grande donde entran mas de 10 personas, y lo lleva con dos remos un tipo muy simpatico y sonriente, e identico a Cannavaro.
Con gran habilidad manera el bote a favor de la corriente, pasando de orilla a orilla para mostrarnos muy muy de cerca los yakares y otros bichos que se mueven por este rio. En toda la mañana no llovio pero justo cuando subimos al barco comenzo un chaparron tropical que nos deja calados totalmente, y tambien a nuestras mochilas con los documentos, libros, camara de fotos y demas. Nos salia el agua por dentro de la manga, que previamente se nos colaba por el cuello del chuvasquero. La mas impresionante que hemos vivido. El bote se va llenando de agua y nos llega casi a los tobillos. Mientras un matrimonio de Buenos Aires se troncha con los chistes de Samuel, y no pararon de reirse.
Por fin llegamos a nuestro punto de origen, y nada mas tocar tierra la tormenta se pasa. Que mala suerte.
Ya que no podiamos mojarnos mas, bajamos otra vez al nivel inferior de las cataratas pq teniamos del dia anterior entrada para una lancha que recorre las cataratas en la base y te mete debajo del chorro. La vista desde abajo es unica, y la fuerza del agua que cae no te permite ni respirar. Por otra parte estaba bien fria.
Nos devuelve al pequeño puerto y subimos como si nos hubieramos dado una ducha vestidos, haciendo ranas con las chanclas, y muertos de frio. En un descanso nos quitamos toda la ropa que pudimos para estrujarla y quitar todo el agua. Tuvimos que convivir con los gayumbos durante el resto de la tarde, por nuestra desgracia. Mientras charlabamos con una pareja de madrileños recien casados, llama papa Raul, el taxista. Nosotros tras ver que alquilar un mes de coche nos iba a salir por medio kilo en el caso mas barato, casi estabamos decididos a viajar en bus cama, y alquilar coches por semanas en sitios puntuales. Esa noche ibamos a salir a las 21 rumbo a Salta si nada lo cambiaba. Pero me mira Samuel con una mirada con los ojos como platos de pizza familiar, y la boca redonda y enana. Algo ha pasado. Cuelga y me dice que Raul nos ha conseguido un coche para todo el mes por 1200 euros, y la sorpresa tremenda...... que con "chofér". Más o menos, dar una vuelta a Argentina en taxi durante mas de un mes, por 1200 euros. Otras, no nos lo podemos creer. Nos espera en el Sheraton y nos comenta la jugada. Un compañero suyo, tambien remissero (taxista aqui) le parece bien conocer Argentina en sus vacaciones y ganar algo de plata. No tuvo la oportunidad de hacer nunca eso y se apunta al reto. Por la noche quedamos en Pizza color, un restaurante de la carretera donde se come de lujo por 8 euros por barba, con Raul y David. Es un tipo joven, de la edad de Samuel, muy educado y simpatico. En 10 minutos cerramos el trato. No hay condiciones. Mañana a las 10 partimos.
Por fin llegamos a nuestro punto de origen, y nada mas tocar tierra la tormenta se pasa. Que mala suerte.
Ya que no podiamos mojarnos mas, bajamos otra vez al nivel inferior de las cataratas pq teniamos del dia anterior entrada para una lancha que recorre las cataratas en la base y te mete debajo del chorro. La vista desde abajo es unica, y la fuerza del agua que cae no te permite ni respirar. Por otra parte estaba bien fria.
Nos devuelve al pequeño puerto y subimos como si nos hubieramos dado una ducha vestidos, haciendo ranas con las chanclas, y muertos de frio. En un descanso nos quitamos toda la ropa que pudimos para estrujarla y quitar todo el agua. Tuvimos que convivir con los gayumbos durante el resto de la tarde, por nuestra desgracia. Mientras charlabamos con una pareja de madrileños recien casados, llama papa Raul, el taxista. Nosotros tras ver que alquilar un mes de coche nos iba a salir por medio kilo en el caso mas barato, casi estabamos decididos a viajar en bus cama, y alquilar coches por semanas en sitios puntuales. Esa noche ibamos a salir a las 21 rumbo a Salta si nada lo cambiaba. Pero me mira Samuel con una mirada con los ojos como platos de pizza familiar, y la boca redonda y enana. Algo ha pasado. Cuelga y me dice que Raul nos ha conseguido un coche para todo el mes por 1200 euros, y la sorpresa tremenda...... que con "chofér". Más o menos, dar una vuelta a Argentina en taxi durante mas de un mes, por 1200 euros. Otras, no nos lo podemos creer. Nos espera en el Sheraton y nos comenta la jugada. Un compañero suyo, tambien remissero (taxista aqui) le parece bien conocer Argentina en sus vacaciones y ganar algo de plata. No tuvo la oportunidad de hacer nunca eso y se apunta al reto. Por la noche quedamos en Pizza color, un restaurante de la carretera donde se come de lujo por 8 euros por barba, con Raul y David. Es un tipo joven, de la edad de Samuel, muy educado y simpatico. En 10 minutos cerramos el trato. No hay condiciones. Mañana a las 10 partimos.
2 comentarios:
jajjaja, flipo con vosotros ;-))
Esa pareja de madrileños recién casados ¿como se llamaban?
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