domingo, 28 de septiembre de 2008

Iguazú

El vuelo corto y sin el más mínimo contratiempo. Llegamos a Iguazú a las 21 horas y pronto sentimos la primavera y la patente humedad de esta zona tropical.
Tomamos el colectivo hasta nuestro Hostel. Nada más bajarnos nos dimos de frente con un pifostio impresionante, ya que había organizada una fiesta brasileña este sábado por la noche. Toda la gente depués de la cena salió a la puerta del Hostel a mover los tocinos, al ritmo que marcaban dos mulatas que parecían más de cera que de carne.
Este Hostel es una pasada. Es una finca grande, con un salón inmenso y cómodo de techo de madera, con billares, ordenadores, pantalla de televisión, bar abierto 24 horas y música todo el tiempo. Siempre hay gente. Predomina el guiri de ventipocos años, con pinta de niñato que viene aquí a desparramar a un país donde se vive la libertad a tope. Pero hay de todo. Hay algunos Argentinos y pocos españoles, aunque alguno hay.

Nuestra habitación es de 6. La 29. Nada más entrar vimos la inmensa espalda de un somarro con pinta gamba q estaba sobao a las 21 30 de la noche, con las luces de la habitación encendidas, todo el contenido de su maleta por el suelo, y eso si, los botines en la mesilla. En realidad todo el suelo estaba lleno de ropa, zapatillas, bolsas, botellas de agua, bragas, calcetines, y mochilas. Nosotros jugamos a detectives a intentar ver si lo que teníamos de compañeros eran tío o tía, y cómo serían físicamente. Pusimos nuestros pies al lado de las zapatillas que dejaron, para calcular talla y por lo tanto sexo, vimos qué libros estaban leyendo. Total que solo acertamos uno. Al poco, llega un japo que no habla ni papa de español pero que sonríe como un condenao. jelou....., jelou majo. No lo hemos vuelto a ver.
Por la mañana las de peanas pequeñas y grandes resultaron ser dos tipas muy silenciosas en su huída. El japo y el somarro siguen estando con nosotros, y por supuesto duerme a las 21 con la luz encendida y las botas en la mesilla. La ducha solo deja salir un flaco hilo de agua, pero si no hay otra cosa nos conformamos.
Llegamos 2 minutos tarde al desayuno y nos toca pagar 20 pesos por dos cafés en vaso de poliexpan. Mientras hacemos llamadas a Raúl, taxista que conoció Sam en su anterior viaje, y que es la dulzura en persona. Qué tipo tan agradable.
Una pareja de Burgos busca taxi, y a todos nos parece buena idea compartir gastos y día, y nos fuimos a ver las cataratas de Iguazú por la parte Brasileña. Nos miran con el inevitable recelo del que no nos conoce, pero al poco se les pasan los miedos y comienzan las risas. Raúl con su amabilidad infinita nos lleva a Brasil, y nos hace todas las gestiones necesarias y nos mima como si fuéramos su tesoro. Nos deja un rato para pasear por un aviario donde vimos aves de las que vuelan por esta selva, mariposas más q preciosas, colibrises y más fauna impresionante. Cómo mola acariciar a un tucán que se acerca por si cae algo para su buche. Ya ha pasado una hora y papá Raul viene a recoger a sus poshuelos pq no shegamos.
Hoy toca paseo en bici por la selva, caminata, piraguas por el río Iguazú un poco antes de su gran caida, y paseo por la base de las cataratas ya a última hora.
Nos acompaña Alexandre, un chaval muy joven, rubio, delgado de ojos azules que trabaja de guía para el parque. Habla portugués, y se maneja en español e inglés. Es muy amable y servicial y al poco tiempo se le nota que se siente agusto con nosotros, como con alivio por dar con unos viajeros atípicos. Pronto cogemos las bicis que estaban tiradas en la cuneta de un camino que recorre la selva. Quitamos las hormigas de las bicis y tiramos palante. Es todo bajada nos grita Alex, pero es una bajada cuesta arriba que nos hace sacar el corazón por la boca. A todo esto, cada dos por tres paramos pq a uno se le sale la cadena, a otro no le va el cambio, a otro se le baja el sillín y así de avería en avería avanzamos por la selva, cambiando bicis averiadas por otras que hay tiradas en la cuneta cada poco, que alguien dejó allí pq no le funcionaba en su momento. Sam se pide ser piraña, y a mí me encasqueta el personaje de Pancho. A Raquel y Roberto les toca ser Tito y Bea.



A Alex le sentaba bien el papel de Javi, y a Amalia, una Porteña que venía en el paquete le tocó ser "la pintora" (julia) Ya solo faltaban los silbidos de Verano Azul que no tardaron en llegar. Quizá los Pumas de esta selva nunca habían visto una situación tan así.
Por fin llegamos al río, y enseguida llega un barco mandado por un tipo clavao a popelle pero con mucho de olivia, con un gorro blanco de marinero de otra época, que resultó ser el Fernando Alonso de este río. El conoce los lugares favoritos por los Jakarés para tomar el sol, y allí nos lleva, y pudimos ver unos cuantos, alguno de ellos inmensos. Pronto comienza a meterle caña al bote y se gusta con los trompos como para dejarnos satisfechos en nuestro viaje por el río, como si hubiéramos pagado por tener estas "fuertes" emociones. Y en uno de estos trompos consigue meter el barco por la única zona navegable para un barco en todo el anchísimo río, ya que un poco antes de las cascadas el agua alcanza solo 25 centímetros, lo que permite cruzar andando las aguas entre Argentina y Brasil. Solo un experimentado marino de agua dulce es capaz de meter un barco a esa velocidad por el estrecho trozo que guarda un poco de profundidad.
Un poco más adelante, en medio del río, nos montamos en unas piraguas atadas a una bolla, y recoremos aguas abajo un pequeño trozo hasta llegar al puerto que será el final de nuestro viaje. Ya solo nos queda subir a las impresionantes cascadas, pero ellos se niegan a llevarnos tal y como prometieron. Al final acceden a llevarnos pero solo tuvimos escasos 10 minutos de visita, ya que salía el último bus que te saca del parque. Allí dejamos a los ricachones alojados en el Sheraton, que sin problemas se pueden deleitar con este regalo de la naturaleza mientras hacen tiempo para ir a cenar.
Nosotros llegamos al Hostel. Compartimos cena y cervezas con Raquel y Roberto. Ellos mañana se van a Buenos Aires y cierran su viaje de novios. Nos maldicen por tener todavía 35 días por delante en Argentina. Y nosotros tras apurar unas cuantas Quilmes de 650 ml en la terraza, nos prometemos que vamos a ser responsables, y que vamos a organizar este viaje por fin. Uf

Buenos Aires Dos

Boludos. Samuel estaba masticando ya mis falanges, y decidimos ir a desayunar un poco. Fue un desayuno de café y unas riquísimas medias lunas que llaman aquí en un bar cutre en una esquina, pero con mucho sabor a rancio del que mola.
Habíamos dejado la historia comiendo un rico bocadillo de bondiola en la Costanera Sur. Esa tarde dio para poco más. Nos retiramos al Hostel a descansar un poco pues ya llevábamos 48 horas sin pegar ojo o pegándolo poco, y un cerro de Km. a nuestras espaldas. Por la noche habíamos quedado con Alex, un porteño que conoció Sam en Salta en al anterior viaje, y con el que es imposible hacer buenas migas en menos de 5 minutos. Quedamos con él en el barrio de Palermo, que es algo así como el barrio de Salamanca de Buenos Aires. En toda la ciudad, las calles son rectas interminables, y entre intersección e intersección acá se llaman cuadras, que son las principales referencias de esta gente. Dónde está nosequé..? a quinse cuadras de tal y tal.... Así se guían aquí. Son lo que llamamos manzanas, aunque aquí tienen casi una medida concreta.
Tras un breve sueño y una charla con nuestro compañero de habitación liliputiense, Javi, Chileno que aprovechando una baja médica se estaba pateando Uruguay, Paraguay y Buenos Aires, fuimos camino del Subte, q no es otra cosa que el Metro. El de aquí es de pasillos estrechos, sucios y pequeños. El tren no se demora mucho, y el ambiente en el interior de los vagones es familiar y cordial. La publicidad abarrota las paredes de mil maneras distintas, mientras los porteños regresan a sus casas cansados del laburo, pero sin perderse una buena charla con los compañeros de viaje. Las conversaciones fluyen por todas partes en el Subte. Una chica enana pasa repartiendo papeles para pedir ayuda a los viajeros, pero además de un pequeño papel les obsequia con un beso, que no rechaza casi ninguno de ellos. A nosotros nos parece muy extraño, e inevitablemente pensamos que pasaría por ejemplo en Madrid si una enana se acercara a los viajeros dar un beso. Nadie le da dinero, y parece que no supone un gran sobresalto para ella. Todo continúa.
Nosotros seguimos pasando estaciones hasta Plaza Italia, nuestro destino. Tenemos que salir al andén para comprobar el nombre de la estación. Finalmente shegamos a la cita con Alex, que nos llevó a la pizzería Romaria, famosa por sus deliciosas pizzas con masa ultrafina pero con mucho contenido. También es famoso por el nivelón de las camareras pero de esto no podemos dar datos pq no nos fijamos nada nada.
Comimos en la terraza, mientras contamos historias de ayer hoy y siempre. Al cabo de un rato se incorporan Flor con la que Alex lleva un tiempo emparejado y dos amigas más. Una agradable conversación de Argentina, de España, de fútbol, unos litros más de Brahma, y a la piltra, que estaba un montón de cuadras más abajo, bien acompañados por Alex y Flor.
Al día siguiente nos dimos otro pateo por la Florida, calle peatonal idéntica a Preciados, una charla larga con un mago callejero al que compramos magia, y pitando a Palermo que nos invitaban a un riquísimo asado la familia de Alex. Qué rico todo y que gente tan agradable y acojedora. Nos hicieron sentir como en casa por lo menos, y poco después tuvimos que salir al aeropuerto de vuelos internos de BA. El Aero Parque. Increíblemente ni pitamos en los arcos de seguridad, ni nos llaman la atención cuando despega el vión, ni nada.
El retraso del vuelo provocó que viéramos la impresionante imagen de Buenos Aires de noche, con sus larguísimas calles, sus paralelas y perpendiculares, el Tigre..... Merece la pena ver esta inmensidad iluminada y tan cuadriculada. Y por contra el retraso provocó que no pudiéramos pasar de día por encima de las cataratas de Iguazú. Todo no se puede tener en esta vidorra.

sábado, 27 de septiembre de 2008

Buenos Aires


Quiz'a la primera novedad de este viaje con respecto a otro es que llevamos aqu'i 24 horas y todav'ia no nos han cacheado en el aeropuerto ni en otro sitio. Pasamos el control sin problemas y con much'isima amabilidad por parte de esta gente.
El d'ia nos recibi'o gris y con 7 grados. Yo hice caso al profeta que me indic'o que fuera ligero de ropa, pq al llegar a Buenos Aires la ostia de calor era insoportable. Pues hace fr'io a 7 grados en chanclas y manga corta y con toda la ropa de abrigo en la mochila. No hagais caso a los agoreros del tiempo.
Nada m'as salir por la puerta, tuvo lugar el tradicional cigarrito de Sam que soport'o muy bien las 12 horas largas sin fumar. Nada m'as asomar la jeta por la calle se nos peg'o un taxista que nos facilit'o todo con tal de que nos acercara a la ciudad. Era como una reencarnacion de mismisimo Diego Armando Maradona, pero con el pelo m'as liso. Por supuesto el futbol no le iba mucho pero a los 5 minutos echaba un pestuzo a forofo de Boca q echaba para atr'as......"la bombonera huele a podrido pero ese es su encanto. Ten'es vos q ir. No pod'es ir de Buenos Aires sin conocerlo...." Pues ya veremos.
Durante el trayecto de una hora m'as o menos vimos que era como una especie de caos pero con campos de f'tbol por todos sitios. No se ve'ian demasiados coches pero eso s'i, conducen de aquella manera. Muere mucha gente por lo mal que manejan estos boludos. Hay q tener mucho cuidado en los sem'aforos en los pasos de cebras, q viendo lo visto se los podr'ian haber ahorrado.
Nos dej'o por la zona centrica, cerca del inmenso Obelisco, y all'i no tardamos en encontrar un Hostel para pasar la noche. Es cutre, ruidoso pero solo va a ser una noche.
Nada m'as llegar nos dimos cuenta que los precios est'an por las nubes. En un anyo han subido la mayor'ia de cosas el doble. Sam est'a asustado. Aun as'i nos sale barato, pero al menos Buenos Aires no es ning'un chollo. Ya veremos en otras zonas.
La gente de aqu'i es muy amable, y se vuelcan si les preguntas algo o les pides ayudas. Son tan tranquilos como amables, y llevan todos un punto de elegancia como si ya nacieran con 'el. Hasta el m'as pobre, ya sea en su vestimenta o en sus modales lo lleva dentro. Desde el primer minuto te hacen sentirte bien con ellos. Por el norte dicen que son todav'ia m'as amables.
La ciudad es inmensa. Siempre que pueden se pasan con los tamanyos. No es una ciudad limpia ni espectacular en lo que ofrece a la vista, pero est'a cargada de pequenyos sitios que tienen que ser mundos muy apetecibles para conocer. Vamos que para tirarse una vida conociendo esta ciudad.
Ayer solo nos dio tiempo de dar una vuelta larga para ver por encima la zona centro, el obelisco, corrientes, la plza del dos de massssho (sin sus madres), la casa rosada (dos anyos cerrada por obras), y alguna cosa m'as. Todo el centro est'a lleno lleno de pintadas de la revoluci'on. Hay un ambiente muy crispado en contra del poder y la polic'ia, y se masca a cada paso. Cada poco te puedes encontrar unas placas de cer'amica en el suelo que recuerda a alg'un pobre que las vio con la polic'ia y all'i mismo se dej'o la vida. Tambi'en hay cientos de pintadas preguntando por Julio L'pez (y julio?) que desapareci'o hace dos anyos, justo despu'es de conseguir llevar a los tribunales a uno de los militares responsable de muchas desapariciones en la dictadura. En fin que cada poco se monta ac'a un quilombo por una cosa o por otra.


Para comer pues...........carne. No pod'ia ser de otra manera. Comimos en la costanera, que es una zona parecida a la casa de campo de Madrid. Est'a cerca de Puerto madero y te encuentras remolques que son parrillas ambulantes. All'i puedes comer un choripan (original nombre que dan ac'a al .....chorizo con pan), una bondiola, un bife o muchos tipos de carne a la parrilla. La calle por esa zona huele a hora de comer a la parrilla rica. Imposible irse sin un buen bocata. Por cierto que el acento espanyol cuesta dinero en estos puestos.
La cerveza para acompanyar la bondiola, una Quilemes de 650 ml. Qu'e lujo poder apretarse ese pedazo de botell'in.
Sam no aguanta m'as sin desayunar, as'i q terminamos aqu'i esta entrada y en otra os seguimos contando cosas.
Besos boluuuuuuuuuuuuudos.

Shegamos de resi'en

Boluuuuuuuuuuudos sha estamos en Buenos Aires. Es realidad llevamos aca unas 24 horas. El viaje fue muy bueno. Todo de noche, el avi'on muy limpio y muy bonito y no se movi'o nada, y como salimos tan cansados entre unas cosas y otras, nos pasamos casi todo el viaje intentando vernos los p'arpados por dentro.
En realidad m'as q un vuelo era un negocio de altos vuelos, pq Air Comet te cobra por todo. La cena y el desayuno muy escaso, nada de andar eligiendo platos, y si no te lo comes te lo guardan para el d'ia siguiente y lo desayunas. La tele era de pago, y si quer'ias unos cascos para escuchar algo pagabas. Y las cervezas a 2 euros. En fin.
De momento nos dio tiempo ayer de dar una vuelta por Buenos Aires, cenar con unos amigos, y dentro de un rato salimos a Iguaz'u, donde estaremos 2 o 3 d'ias y entonces, supongo q organizaremos el viaje, pq hasta la fecha vivimos al d'ia.
Ordenadores con internet parece q hay bastantes as'i q podremos ir rellenado esto mejor que el anno pasado por Australia. Merde, tampoco tienen esa letra que tenemos nosotros que se parece a la n pero q lleva un palito encima.
Buenos boluuuuuuuudos, que empieza el blog.