viernes, 31 de octubre de 2008

Camarones

Cansados como perros tras 1200 km de carretera llena de camiones, baches y polvo llegamos a Camarones, y por fin y por suerte, ya que no había otra cosa, alquilamos una cabaña. Ya era hora de un sitio cómodo para pasar la noche. 5 camas grandes, limpia, cocina, televisión con vía satélite, hidromasaje, 300 pesos. Qué gusto poder dormir por fin en un sitio así. El sitio, vendido como de lujo dejaba ver una vez más el mayor defecto que le vemos a la gente de aquí. No rematan bien. Pueden hacer un esfuerzo enorme en llegar al lujo, pero con tanta chapuza en los remates y en los detalles los estropean. En este caso el hidromasaje, que aquí costará una fortuna, no tiene agua a presión. Los chorros que deben salir a presión para dejarte la espalda suavecita, a penas podía salir del orificio. Total que el mostrenco inmenso del hidromasaje, hacía lo mismo que una ducha de las de toda la vida.

Tras un buen descanso pasamos por Punta Tomba, donde tuvimos q esforzarnos por no pisar pingüinos. Estaban por todas partes, acostados debajo de matas en huecos, para q el aire no les desquicie. Si fuésemos pingüimos de Magallanes nos vendríamos a vivir a este sitio idílico.

Una vez más los tres éramos de "Puerto Iguasú", ché, viste? y nos salió de lo más barato la visita.
Y ya, tras otros 300 kilómetros más pudimos llegar a última hora del día a Península Valdés.


Un poco antes de P Valdés, paramos en un pequeño pueblo llamado Gaiman, fundado en 1840 por un grupo de galeses, que dejaron aquí su estilo sajón en las costumbres. El pueblo tiene como típico la visita a las casas antiguas que hicieron los primeros colonos, que siendo sinceros, son modernas si las comparamos con cualquier casa de pueblo de España, y por eso no entramos a ver ninguna. Otra cosa para visitar son las casas de té. Hay unas 8 en el pueblo, y son casas como de muñecas, muy cucas, llenas de plantas y rosas en el exterior, y con mesitas pequeñas dentro donde te ponen un té y tartas en platos y tazas de porcelana fina, con dorados y demás. Todo en plan bonito. En una de estas nos tomamos un obligatorio té gales con ricas tartas galesas.

La otra atracción del pueblo es el Parque Desafío. Es un parque en donde un tipo ha ido colocando lo que él llamaba sObras de arte. Desde su punto de vista, obras de arte hechas todas con materiales reciclados. Tiene el record guiness, como el mayor museo de materiales de desecho. No pudimos entrar por estar cerrado ese domingo, pero desde fuera sí pudimos ver bastante. No era bonitio pero sí curioso. Lo mejor la originalidad de las frases de los carteles que llenaban el parque, y lo increíble, que una persona se dedique a esto durante 27 años de su vida, sin ninguna ayuda económica y sin dedicarse a otra cosa.

Poco más que ver. Atravesamos Trelew, adelantamos a varias camionetas que portaban seat 600 de carreras, pq aquí las carreras de coches son con los 600 nuestros que no vemos por las carreteras desde hace 30 años. Increíble ver los pelotillas preparados para carreras, y destrozados por los golpes.
Puerto Madryn no nos gustó nada. Es una ciudad grande al estilo torrevieja, nada bonita, así que ahí la dejamos y nos adentramos en Península Valdés. Para llegar a Puerto Pirámide tuvimos que pagar nuevamente, 12 pesos por se de acá, viste?, y ya casi de noche nos alojamos en un hostel de Puerto Pirámide, un pueblo antes pesquero, ahora turístico pero pequeño y demasiado tranquilo, que principalmente vive de los que vienen aquí a ver ballenas.

No hay comentarios: