domingo, 12 de octubre de 2008

Tafí del Valle

Salimos a medio día intentando pasar a un formato que el cd del coche reproduzca. David nos teme, y tiene miedo de no poder escuchar en el resto del viaje su bachata y su música brasileira. Objetivo conseguido. Los discos suenan. Prepárate a escuchar a Sabina, a Bunbury y también por supuesto rock argentino.

Salimos de Cafayate con los tímpanos destrozados por La Mancha de Rolando. Hoy teníamos por delante poco más de 150 km, por carretera de montaña, que en verano esta verde pero que ahora es un pasto marrón sin mucha gracia. Es un pueblo muy turístico donde viene la gente a hacer montañismo.
Pronto encontramos el Hostel Nomade, que recordaban a Sam por el ambiente que dio una noche donde se quedaron todos en el salon del hostel tocando la guitarra y tomando algo. Recordaban sus juegos de magia y de ingenio que compró al tipo que los vendía en Yaziretá.
Para cenar no nos pudimos resistir al cochinillo pinchado como en una espada y que se hace lentamente al fuego. Ese era el escaparate del restaurante don Pepito. Con una parrilla para dos, nos pusimos hasta las orejas y sobró. El vino, lo más conocido de esta zona de la Rioja argentina, nos lo sirvieron en jarra de aluminio y acompañado con hielo. Nos quedamos de piedra, pero no quedó ni gota.

A la vuelta al hostel nos encontramos sin remedio con el España-Argentina. Inevitable. El seleccionador argentino presentó un equipo de gala. España sin embargo jugó con un equipo mermado y sin algunas de sus figuras. Comienza el partido. Los primeros minutos son de tanteo. Hay mucha tensión y se nota en el ambiente. Las dos selecciones se juegan mucho más la honra. La bruja Verón domina el centro del campo y Messi hace diabluras en el área contraria. La selección española por contra no parece tenerlo claro. El seleccionador no reacciona y mantiene a los mismos hombres sobre el terreno. Minuto 21, Heinze corta en el área argentina, pase largo a la brujita, que cede en corto a Leo Messi, que con un hábil regate y un tiro certero pone el 1-0 en el marcador. El partido continua en la misma línea y los goles siguen viniendo en la portería española. Cada gol es una algarabía de los argentinos del hostel que lo ven. Termina el partido 3-0 para los argentinos. Sam y yo tenemos que aguantar las mofas de estos.
- Otra? nos dice Gonzalo, el dueño del Hostel.
- Vale, pero esta vez con un árbitro neutral.
- Danos tiempo a que nos enteremos como funcionan los botoncillos del la pley, y veréis como se las gasta la roja.
Estos dos gauchos se ríen.
Gonzalo y David nos ganan solo por uno, pero España da síntomas de mejoría. El árbitro da síntomas de estar fabricado en Argentina y barre para casa.
Al poco, el juego de España, rápido y fluido, da sus primeros resultados y vence a la albiceleste por 3 a 0. La cara de estos dos gauchos ya cambia. Nos dieron las 3 de la mañana ganando a pesar del árbitro, Quilmes tras Quilmes. Gonzalo lo empieza a ver mal y se retira a la cama. Se lleva nuestros "saludos" por supuesto. Pobre.
El día siguente ameció como dicen aquí "Menenista". Al parecer en la época de Menem se robaron aquí hasta las nubes, y estos días de cielo así llevan este nombre.
Hablamos un rato con Renata, nuestra vecina cicuentona de habitación. Como muestra más de la amabilidad de esta gente, nos da su teléfono de Buenos Aires para vernos y por si nos hace falta cuaquier cosa.
Quedamos con Gonzalo para otro año más. - Entrenen y véngase otro año, ah, y no jueguen con España. Tomen otra selección....

No lo dudes, bribón. Eso sí, quedamos en repetir y avisar con tiempo para salir a la montaña, pescar o montar en bici. No tiene mucho que ofrecer este pueblo pero puedes vivir aquí de miedo sin salir de este pequeño valle.

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