Ya dejamos atrás Esquel. Nos levantamos algo tarde así que el viaje de hoy sería corto. Nuestra intención fue tirar ruta 40 hacia el Sur. Pero pronto el ripio comenzó a ser insorportable. Las piedras pegan en el fondo del coche como cañonazos. En carretera poco a poco le van saliendo más ruidos. Ahora hay un zumbido constante que solo se quita en las curvas a la derecha, que son un alivio, pero por nuestra desgracia son pocas.
El ripio además trae otra desventaja inesperada. El coche se llena de polvo si abres las ventanas, pero poco a poco se mete en el coche por todas partes. Si las cierras, con la vibración del camino el polvo del suelo pasa al aire y de una manera u otra te lo vas comiendo. De tanto polvo y clima seco, cada poco sangramos por la nariz, y q pasa? que nos paran la Gendarmería y se mosquean por esos pañuelos con sangre, y al mosquearse nos revisan hasta el cielo de la boca. Qué perros.
La Patagonia es fea como un demonio. Solo hay una cosa que la hace increíble, y es la luz de la tarde y los azules de sus cielos y los blancos de las nubes que son más monumentos que nubes. Son las nubes más blancas que hemos visto nunca. A nuestro lado solo hay llanura tremenda con pequeñas matas de miniplantas que aguantan las duras condiciones de aquí. Y viento. Mucho viento, que hace que si no agarras bien la puerta cuando bajas del coche, ya la recoges en Usuahia. Abres la puerta, sujetas con las dos manos la puerta, con el pie pisas el mapa que sale volando, con el otro pie pisas la guía para que no arranque las cosas que lleva dentro, y así de mal hay que salir del coche en la Patagonia los días de viento.
La gente por aquí ya es otra cosa. Son serios, desconfiados y hasta bordes, o más que bordes, secos. Solo dicen los imprescindible y sin amabilidad ni alegría, y es normal. En esta tierra solo pueden quedar las gentes que no tengan muchas expectativas o muchas alegrías. El límite de la depresión lo deben tener bien alto pq de lo contrario te puedes pegar un tiro. No hay nada que hacer.
Ya de noche llegamos a un pueblo en mitad de la nada, llamado Río Mayo. El hotel cutre cutre 50 pesos por persona. El que era un poco más así 250 pesos los tres. Al final, temiendo meternos en otro hotelazo con encanto, pagamos los 250 pesos. Una chica que trabajaba en el hotel sale como poseida a decirnos que aparquemos el coche bien, a contramano de como lo tenemos. Es decir, con los faritos palante. Y es que aquí puedes conducir de noche sin luces, no llevar capó, viajar en la cabina de atrás, ir sin cinturon, no respetar ningún límite de velocidad, saltarte todas las prohibiciones, pero eso si, ni se te ocurra aparcar al revés. Es un país de contradicciones absurdas.
El hotel con entando...uf. Otro más, pero eso sí, con tele donde dan los resúmenes sin parar del Boca-River. Todos hablan de fútbol. No te queda otra.
Por la mañana, por fin conseguimos madrugar. Pero....qué pasa? pq no salimos? A ver....tira bien de la puerta...Esto no se abre...Mueve la llave...No va...Déjame a mi....Nada. Cuarto de hora más tarde allí los tres encerrados en la habitación de nuestro hotel caro. Por fin vienen a abrirnos y nos liberan. La mañana comenzó mal. Tras el desayuno con el coche cargado, esperamos a Sam que no viene. Y a este que le pasará ahora? Despues de mucho tiempo esperando lo encontramos de cuclillas al lado de la mesilla.
- Ayudame tio, que no puedo con esto.
Llevaba el pobre hombre 15 minutos intentando desenchufar el adaptador de la PSP, y no habia forma. 10 minutos mas y un pequeño forcejeo, y listo. Salimos por fin del hotel con el adaptador y toda la caja del enchufe que tuvimos que arrancar pq no salia de ninguna manera. Ya durante el camino conseguimos que saliera. Si alguien necesita un enchufe argentino que lo diga.
El Sur de Rio Mayo fue el peor trozo de todo el viaje. Ademas de solitario y feo, la pista era de ripio pero del peor que hay. Era como ir por una playa de piedras. Por supuesto en una de estas rajamos una rueda, y al menos dos llantas se doblaron. De los tapacubos mejor no hablar. Estan a cachitos los pobres. En el pueblo de Perito Moreno paramos nuevamente en una gomeria a arreglar la rueda y a pensar que haciamos. Decidimos dar una gran vuelta por carretera hasta Rios Gallegos, para al dia siguiente subir hacia Calafate. No queremos mas ripio. Aqui perdimos un dia de viaje entre averias y kilometros de mas.
La zona de Patagonia que atravesamos este dia, es lo mas feo que nos hemos encontrado en el viaje. Es zona petrolifera, y esta llena de pozos y de basura tirada por todas partes. Cada plantita es raro que no tenga una bolsita de plastico enredada. Rios Gallegos, que mucha gente dice que es maravilloso, es una caca impresionante. Quiza estemos sugestionados por otro....hotelito con encanto de esos nuestros. Que horror de sitio! Y ya hemos perdido la cuenta.
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